13 abr 2008


Revoluciones y contrarrevoluciones, de Juan José Millás (Faro de Vigo, 13 abril)

La diferencia fundamental entre Los Simpson y Los vigilantes de la playa es que con la primera serie piensas, mientras que con la segunda te piensan. Y te piensan como un idiota, un lerdo, un baboso tumbado en la el sofá, quizá en pijama, tocándote la entrepierna. Cuando termina un capítulo, eres más idiota que ayer pero menos que mañana. Cuando se acaba, en cambio, un capítulo de Los Simpson tiene uno la impresión de que acaba de salir de una catedral. Dios mío, qué cantidad de aciertos, de soluciones técnicas, que cantidad de pensamiento concentrado en cada diálogo, en cada situación, en cada historia. Los Simpson están a la altura de Shakespeare, mientras que Los vigilantes de la playa difícilmente alcanzan la de los pechos de Pamela Anderson.

4 comentarios:

  1. Bonita planos medios, aqueles de los vegilantes de la plaia.

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  2. Hugo Chaves é, por suposto, un perigo público... e se leva de conselleiro para a nenez a quen vostede sabe, pior.

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  3. Que o Padre Silva sexa conselleiro para a nenez de Hugo Chávez é un síntoma claro de que este é un impresentable. Deus os cría e eles se xuntan!

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