Luther King.
Pan por Pan sábado 5 abril
Onte cumpríronse 40 anos da morte de Martin Luther King, un dos grandes nomes do século XX. Símbolo da loita polos dereitos civís e dos métodos de non violencia activa e de desobediencia civil, na liña de Gandhi e Thoreau, foi quen de axuntar un cuarto de millón de persoas en Washington e ser recibido polo presidente Kennedy. En 1964, con 35 anos, logrou converterse no Premio Nobel da Paz máis novo da historia. Catro anos despois sería asasinado. Non sabemos se Luther King estaría contento cos Estados Unidos de hoxe: abolidas as leis racistas, cada vez hai máis políticos e executivos negros, pero o 23 por cento das persoas de color viven na pobreza. Podería mesmo chegar a haber un presidente negro, Barak Obama: supoño que iso sería unha gran vitoria para a memoria do líder de Montgomery, Alabama. E para a loita antiracista en todo o mundo.
Irmaus
Camiñan ao meu rente moitos homes.
Non os coñezo. Sonme estranos.
Pero ti, que te alcontras alá lonxe,
máis alá dos desertos e dos lagos,
máis alá das sabanas e das illas,
coma un irmau che falo.
Se é túa a miña noite,
se choran os meus ollos o teu pranto,
se os nosos berros son igoales,
coma un irmau che falo.
Anque as nosas palabras sean distintas,
e ti negro e eu branco,
se temos semellantes as feridas,
coma un irmau che falo.
Por enriba de tódalas fronteiras,
por enriba de muros e valados,
se os nosos soños son igoales,
coma un irmau che falo.
Común temos a patria,
común a loita, ambos.
A miña mau che dou,
coma un irmau che falo.
(Celso Emilio Ferreiro, Longa noite de Pedra)
5 comentarios:
NO BLOG "A PORTA VERDE DO SÉTIMO ANDAR", esta traducción ó castelán do poema de CEF:
Sexta-feira, Janeiro 20, 2006
HERMANOS (Irmaus)
Caminan a mi lado muchos hombres.
No los conozco. Me son extraños.
Pero a ti, que te encuentras allá lejos,
más allá de los desiertos y de los lagos,
más allá de las sabanas y de las islas,
como un hermano te hablo.
Si es tuya mi noche,
si lloran mis ojos tu llanto,
si nuestros gritos son iguales,
como un hermano te hablo.
Aunque nuestras palabras sean distintas
y tú negro y yo blanco,
si tenemos semejantes las heridas,
como un hermano te hablo.
Por encima de todas las fronteras,
por encima de muros y vallados,
si nuestros sueños son iguales
como un hermano te hablo.
Común tenemos la patria,
común la lucha, ambos.
Mi mano te doy,
como un hermano te hablo.
Poema “Irmaus” de Celso Emilio Ferreiro.
Traducido ao castelán por Xesús Ferro Ruibal.
VEXO QUE O MESMO BLOG OFRECE TAMÉN A TRADUCCIÓN EN EUSQUERA:
HAURRIDEAK (Irmaus)
Gizaki asko dabiltza nire ondoan.
Ez ditut ezagutzen. Arrotz zaizkit.
Baina zuri, han, urruti, zaren horri,
basamortuez eta aintzirez haraindi,
sabanez eta uhartez bestaldera,
haurride gisa hitz egiten dizut.
Nire gaua zurea bada,
nire begiei badarie zure negarra,
gure oihuak berdinak badira,
haurride gisa hitz egiten dizut.
Gure hitzak desberdiak izan arren,
eta zu beltza eta ni zuria,
gure zauriak antzekoak badira,
haurride gisa hitz egiten dizut.
Muga guztien gainetik,
horma eta harresien gainetik,
gure ametsak berdinak badira
haurride gisa hitz egiten dizut.
Sorterri-kide gara,
borroka-kide, biok,
nire eskua ematen dizut
haurride gisa hitz egiten dizut.
Poema “Irmaus” de Celso Emilio Ferreiro.
Traducido ao éuscaro por Henrike Knörr.
E TAMÉN EN CATALÁN:
GERMANS (Irmaus)
Caminen al meu costat molts homes.
No els conec. Em són estranys.
Però a tu, que et trobes allà lluny,
més enllà dels deserts i dels llacs,
més enllà de les sabanes i de les illes,
com un germà et parlo.
Si és teva la meva nit,
si ploren els meus ulls el teu plany,
si els nostres brams són iguals,
com un germà et parlo.
Encara que les nostres paraules siguin diferents
i tu, negre i jo, blanc,
si tenim semblants les ferides
com un germà et parlo.
Per damunt de totes les fronteres,
per damunt de murs i tanques,
si els nostres somnis són iguals
com un germà et parlo.
Comuna tenim la pàtria,
comuna la lluita, ambdós.
La meva mà et dono,
com un germà et parlo.
Poema "Irmaus" de Celso Emilio Ferreiro.
Traducido ao catalán por Josep Anton Rabella.
Un dos meus poemas favoritos de Celso Emilio.
O célebre discurso de MLK jr. I Have a Dream é un dos máis impresionantes do século XX.
En Youtube poden escoitalo. Aquí lles poño a súa tradución ao castelán:
"Yo tengo un sueño"
El 28 de agosto de 1963 Martin Luther King brindó su discurso "Yo tengo un sueño" en los escalones del monumento a Lincoln en Washington D.C. Lea el texto completo de una oratoria histórica.
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Estoy feliz de unirme a ustedes hoy en lo que quedará en la historia como la mayor demostración por la libertad en la historia de nuestra nación.
Hace años, un gran americano, bajo cuya sombra simbólica nos paramos, firmó la Proclama de Emancipación. Este importante decreto se convirtió en un gran faro de esperanza para millones de esclavos negros que fueron cocinados en las llamas de la injusticia. Llegó como un amanecer de alegría para terminar la larga noche del cautiverio.
Pero 100 años después, debemos enfrentar el hecho trágico de que el negro todavía no es libre. Cien años después, la vida del negro es todavía minada por los grilletes de la discriminación. Cien años después, el negro vive en una solitaria isla de pobreza en medio de un vasto océano de prosperidad material. Cien años después el negro todavía languidece en los rincones de la sociedad estadounidense y se encuentra a sí mismo exiliado en su propia tierra.
Y así hemos venido aquí hoy para dramatizar una condición extrema. En un sentido llegamos a la capital de nuestra nación para cobrar un cheque. Cuando los arquitectos de nuestra república escribieron las magníficas palabras de la Constitución y la Declaratoria de la Independencia, firmaban una promisoria nota de la que todo estadounidense sería el heredero. Esta nota era una promesa de que todos los hombres tendrían garantizados los derechos inalienables de "Vida, Libertad y la búsqueda de la Felicidad".
Es obvio hoy que Estados Unidos ha fallado en su promesa en lo que respecta a sus ciudadanos de color. En vez de honrar su obligación sagrada, Estados Unidos dio al negro un cheque sin valor que fue devuelto marcado "fondos insuficientes". Pero nos rehusamos a creer que el banco de la justicia está quebrado. Nos rehusamos a creer que no hay fondos en los grandes depósitos de oportunidad en esta nación. Entonces hemos venido a cobrar este cheque, un cheque que nos dará las riquezas de la libertad y la seguridad de la justicia.
También vinimos a este punto para recordarle de Estados Unidos de la feroz urgencia del ahora. Este no es tiempo para entrar en el lujo del enfriamiento o para tomar la droga tranquilizadora del gradualismo. Ahora es el tiempo de elevarnos del oscuro y desolado valle de la segregación hacia el iluminado camino de la justicia racial. Ahora es el tiempo de elevar nuestra nación de las arenas movedizas de la injusticia racial hacia la sólida roca de la hermandad. Ahora es el tiempo de hacer de la justicia una realidad para todos los hijos de Dios.
Sería fatal para la nación el no percatar la urgencia del momento. Este sofocante verano del legítimo descontento del negro no terminará hasta que venga un otoño revitalizador de libertad e igualdad. 1963 no es un fin, sino un principio. Aquellos que piensan que el negro sólo necesita evacuar frustración y que ahora permanecerá contento, tendrán un rudo despertar si la nación regresa a su rutina habitual.
No habrá ni descanso ni tranquilidad en Estados Unidos hasta que el negro tenga garantizados sus derechos de ciudadano. Los remolinos de la revuelta continuarán sacudiendo los cimientos de nuestra nación hasta que emerja el esplendoroso día de la justicia.
Pero hay algo que debo decir a mi gente, que aguarda en el cálido umbral que lleva al palacio de la justicia: en el proceso de ganar nuestro justo lugar no deberemos ser culpables de hechos erróneos. No saciemos nuestra sed de libertad tomando de la copa de la amargura y el odio. Siempre debemos conducir nuestra lucha en el elevado plano de la dignidad y la disciplina. No debemos permitir que nuestra protesta creativa degenere en la violencia física. Una y otra vez debemos elevarnos a las majestuosas alturas de la resistencia a la fuerza física con la fuerza del alma.
Esta nueva militancia maravillosa que ha abrazado a la comunidad negra no debe conducir a la desconfianza de los blancos, ya que muchos de nuestros hermanos blancos, como lo demuestra su presencia aquí hoy, se han dado cuenta de que su destino está atado a nuestro destino. Se han dado cuenta de que su libertad está ligada inextricablemente a nuestra libertad. No podemos caminar solos. Y a medida que caminemos, debemos hacernos la promesa de que marcharemos hacia el frente. No podemos volver atrás.
Existen aquellos que preguntan a quienes apoyan la lucha por derechos civiles: "¿Cuándo quedarán satisfechos?" Nunca estaremos satisfechos en tanto el negro sea víctima de los inimaginables horrores de la brutalidad policial. Nunca estaremos satisfechos en tanto nuestros cuerpos, pesados con la fatiga del viaje, no puedan acceder a alojamiento en los moteles de las carreteras y los hoteles de las ciudades. No estaremos satisfechos en tanto la movilidad básica del negro sea de un gueto pequeño a uno más grande. Nunca estaremos satisfechos en tanto a nuestros hijos les sea arrancado su ser y robada su dignidad por carteles que rezan: "Solamente para blancos". No podemos estar satisfechos y no estaremos satisfechos en tanto un negro de Mississippi no pueda votar y un negro en Nueva York crea que no tiene nada por qué votar. No, no estamos satisfechos, y no estaremos satisfechos hasta que la justicia nos caiga como una catarata y el bien como un torrente.
No olvido que muchos de ustedes están aquí tras pasar por grandes pruebas y tribulaciones. Algunos de ustedes apenas salieron de celdas angostas. Algunos de ustedes llegaron desde zonas donde su búsqueda de libertad los ha dejado golpeados por las tormentas de la persecución y sacudidos por los vientos de la brutalidad policial. Ustedes son los veteranos del sufrimiento creativo. Continúen su trabajo con la fe de que el sufrimiento sin recompensa asegura la redención.
Vuelvan a Mississippi, vuelvan a Alabama, regresen a Georgia, a Louisiana, a las zonas pobres y guetos de las ciudades norteñas, con la sabiduría de que de alguna forma esta situación puede ser y será cambiada.
No nos deleitemos en el valle de la desesperación. Les digo a ustedes hoy, mis amigos, que pese a todas las dificultades y frustraciones del momento, yo todavía tengo un sueño. Es un sueño arraigado profundamente en el sueño americano.
Yo tengo un sueño que un día esta nación se elevará y vivirá el verdadero significado de su credo, creemos que estas verdades son evidentes: que todos los hombres son creados iguales.
Yo tengo un sueño que un día en las coloradas colinas de Georgia los hijos de los ex esclavos y los hijos de los ex propietarios de esclavos serán capaces de sentarse juntos en la mesa de la hermandad.
Yo tengo un sueño que un día incluso el estado de Mississippi, un estado desierto, sofocado por el calor de la injusticia y la opresión, será transformado en un oasis de libertad y justicia.
Yo tengo un sueño que mis cuatro hijos pequeños vivirán un día en una nación donde no serán juzgados por el color de su piel sino por el contenido de su carácter.
¡Yo tengo un sueño hoy!
Yo tengo un sueño que un día, allá en Alabama, con sus racistas despiadados, con un gobernador cuyos labios gotean con las palabras de la interposición y la anulación; un día allí mismo en Alabama pequeños niños negros y pequeñas niñas negras serán capaces de unir sus manos con pequeños niños blancos y niñas blancas como hermanos y hermanas.
¡Yo tengo un sueño hoy!
Yo tengo un sueño que un día cada valle será exaltado, cada colina y montaña será bajada, los sitios escarpados serán aplanados y los sitios sinuosos serán enderezados, y que la gloria del Señor será revelada, y toda la carne la verá al unísono.
Esta es nuestra esperanza. Esta es la fe con la que regresaré al sur. Con esta fe seremos capaces de esculpir de la montaña de la desesperación una piedra de esperanza.
Con esta fe seremos capaces de transformar las discordancias de nuestra nación en una hermosa sinfonía de hermandad. Con esta fe seremos capaces de trabajar juntos, de rezar juntos, de luchar juntos, de ir a prisión juntos, de luchar por nuestra libertad juntos, con la certeza de que un día seremos libres.
Este será el día, este será el día en que todos los niños de Dios serán capaces de cantar con un nuevo significado: "Mi país, dulce tierra de libertad, sobre ti canto. Tierra donde mis padres murieron, tierra del orgullo del peregrino, desde cada ladera, dejen resonar la libertad". Y si Estados Unidos va a convertirse en una gran nación, esto debe convertirse en realidad.
Entonces dejen resonar la libertad desde las prodigiosas cumbres de Nueva Hampshire. Dejen resonar la libertad desde las grandes montañas de Nueva York. Dejen resonar la libertad desde los Alleghenies de Pennsylvania! Dejen resonar la libertad desde los picos nevados de Colorado. Dejen resonar la libertad desde los curvados picos de California. Dejen resonar la libertad desde las montañas de piedra de Georgia. Dejen resonar la libertad de la montaña Lookout de Tennessee. Dejen resonar la libertad desde cada colina y cada topera de Mississippi, desde cada ladera, dejen resonar la libertad!
Y cuando esto ocurra, cuando dejemos resonar la libertad, cuando la dejemos resonar desde cada pueblo y cada caserío, desde cada estado y cada ciudad, seremos capaces de apresurar la llegada de ese día cuando todos los hijos de Dios, hombres negros y hombres blancos, judíos y gentiles, protestantes y católicos, serán capaces de unir sus manos y cantar las palabras de un viejo spiritual negro: "¡Por fin somos libres! ¡Por fin somos libres! Gracias a Dios todopoderoso, ¡por fin somos libres!"
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