1 feb 2007
Sobre o fracaso do Estatuto (Antón Baamonde)
Antón Baamonde escribe hoxe en El País (ed. galega) sobre o fracaso da reforma do Estatuto de Galicia (e sobre o camiño do Estado das autonomías na transición democrática). E chama a atención, eu creo que con moito acerto, na indiferencia da sociedade galega ante o novo proceso. Temos un tan escaso tecido na sociedade civil, á marxe dos tres partidos maioritarios? Non se ve como propio o devir do país, fóra do carné de militancia de cadaquén? Lembremos as cifras de tremenda abstención do anterior Estatuto (aquel día en que Cunqueiro se avergoñou deste país, "que dimitía do se u destino"). Velaí tedes un anaco do texto (o artigo completo aquí) :
En lo que respecta a Galicia, sin embargo, se ha podido constatar el fracaso del intento. Un fracaso no sólo de sus protagonistas, sino del país. Porque -y esto es quizás lo que no se ha explicado lo bastante- los nuevos instrumentos jurídico-políticos no son un lujo asiático. Si tiene sentido redactar un nuevo texto es por dos motivos básicos: porque si cambian las reglas del juego uno ha de adaptarse a ellas, si no quiere perder posiciones, y porque hace 30 años ni podíamos imaginar ciertos aspectos de la sociedad gallega de hoy.
Que Núñez Feijoo, flamante líder de la derecha local, haya considerado oportuno oponerse a un nuevo Estatuto no es natural. Y tal vez con ello ha sellado ya su destino. No se ve, a la vista de lo que ha sucedido en Andalucía, por qué no podía aceptar la propuesta de texto que los otros dos grupos le habían planteado. Ha primado una visión ideológica, bien asentada en Génova 13.
Ha tenido a su favor la indiferencia social. Los gallegos, y en este defecto ha caído también el señor Núñez Feijóo, no nos hemos destacado por tener una gran visión de futuro. En los últimos años ha primado un sentido del corto plazo. Ha faltado visión estratégica. En vez de atajar los problemas cuando podemos hacerlo dejamos que engorden. El regateo corto, para usar la metáfora futbolística, es la visión del juego que más éxito tiene entre nosotros. Es la visión que corresponde a una sociedad poco estructurada, de elites poco ilustradas y que carece de proyecto estratégico. Aquí, como se sabe, los dos reflejos condicionados básicos son el enchufe y la subvención. Y si durante años los señores Xosé Cuiña y Francisco Vázquez han sido héroes de una parte importante de la población ha sido no por ser inteligentes, sino astutos. Así somos, y temo que por muchos años.