6 dic 2008

O CARRABOUXO, 5-12-08 (La Región)

2 comentarios:

Manuel Ángel Candelas Colodrón dijo...

O concepto corbusiano de promenade en Allariz.

Todo lo más que puede decirse de este hotel es que es un AC. Genuina marca de la casa. Previsible, minimalista, abierto mediante grandes cristaleras a una pradera ribereña a las aguas del Arnoia, en el lugar que ocupaba el antiguo campo de fútbol de Allariz. Gallego por los cuatro costados y mal señalizado al llegar desde la autovía. Pero impone a la vista desde el callejón de entrada, un guiño arquitectónico al concepto corbusiano de promenade que separa los dos edificios de que consta el complejo. A la derecha, el Centro Gala Termal, aún más minimalista si cabe, en el que se distingue una zona individual con cabinas de masaje, baño Niágara, envolvimientos de fangos y parafangos, así como de otros tratamientos corporales, y una zona colectiva con recorrido termolúdico y piscina con camas de agua, géiser, cuellos de cisne, cascada y sillones de hidromasaje. A la derecha, el hotel propiamente dicho, en el que se impone la amplitud de espacios comunes que otorga el cuerpo central y un cierre frontal en tres alturas bajo una estructura de doble cubierta evocadora de las galerías tradicionales de Galicia, entremezclado con un cierto carácter posindustrial.

En su interior, la sala AC no consigue atraer al huésped más allá de una visita curiosa por sus dominios. Es un lugar un tanto desangelado, a pesar de la profusión de revistas, periódicos y folletos de la cadena desperdigados por sus mesas. Una planta más abajo se encuentra el restaurante Leovinci, a cargo de Flavio Morganti, que sí logra una atmósfera acogedora gracias a la finura de su cocina. Al contrario, el desayuno es modesto en variedad de elaboraciones y decepcionante en su calidad.

A ambos lados del vestíbulo central se distribuyen los dormitorios, de tamaño razonable y ambiente sedoso, en diferentes tonos parduscos que dan relieve a los muebles por contraste con el pavimento de tarima flotante y el papel pintado del fondo. Los colchones tienen apresto y, común a todos los hoteles de la firma AC, cuatro almohadas de distinto gramaje señorean sobre las camas. Sólo la vidriera que separa la alcoba del cuarto de baño puede parecer a ojo de algunos huéspedes indiscreta. En justa contrapartida, los ventanales ofrecen vistas enxebres sobre el río y un bonito parque de ribera que escuda entre la fronda el puente medieval de Vilanova.

AC Vila de Allariz

PUNTUACIÓN: 7
Valoración

Arquitectura 6

Decoración 7

Estado de conservación 8

Confortabilidad habitaciones 7

Aseos 7

Ambiente 7

Desayuno 3

Atención 8

Tranquilidad 8

Instalaciones 7

Anónimo dijo...

Sobre a fascinación polo porco en Galicia, recoméndolles un libro de viaxes pola nosa terra escrito na tradición de George Borrow (A Biblia en España e Nina Epton (Uvas e granito):

John Barlow. 2008. Everything but the Squeal: Eating the Whole Hog in Northern Spain. Farrar, Straus and Giroux.


Artigo e entrevista ao autor en Vieiros

As súas fotos en Flikr

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