19 dic 2007

Axenda
Mércores 19 dec., 2o h., na Biblioteca Pública, Antón Riveiro Coello presenta a súa última novela, Os ollos de K.

Xoves 20 dec., 2o,15 h., no Liceo, o historiador da USC, catedrático de Historia Contemporánea, Xavier Castro, presenta o seu último libro, Historia de vida cotiá en Galicia. Séculos XIX e XX (Nigra).

Esta obra gañou o XII Premio de Investigación Xesús Ferro Couselo 2007 do Concello de Valga e recolle os traballos e os días dos galegos nos últimos douscentos anos, nas xentes da máis variada condición social: vestido e alimentación, hixiene e escola, familia e sexualidade, etc. O historiador estará acompañado neste acto polos seus colegas Jesús de Juana e Marcos Valcárcel.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Eu non podio ir á Biblioteca pPública.Téñenme prohibido a entrada.Dín que roubo os libros.

Manuel Ángel Candelas Colodrón dijo...

Saturnales en Ourense
Juan Manuel Ponte, Faro de Vigo, 20/12/2007
El día 17 de diciembre, coincidiendo con el fin del periodo más oscuro del año, los antiguos romanos comenzaban unas alegres fiestas en honor a Saturno, el dios protector de las siembras y de las cosechas. Durante esas jornadas, el orden normal de las cosas se subvertía completamente, las costumbres se relajaban, y la gente -incluidos los esclavos- se entregaba a los placeres de la comida, la bebida y el sexo sin ninguna clase de freno ni moderación. En aquellos días locos, se suspendían las actividades docentes y judiciales, el personal se disfrazaba, o se travestía, y toda clase de sátira política era permitida. Pero, esa bullanga se terminó con la instauración del cristianismo como religión oficial del Imperio, y las celebraciones en agradecimiento a Saturno se convirtieron en las fiestas de conmemoración del natalicio de Jesucristo, que imponían el culto a los valores espirituales, la introspección y el recogimiento familiar. La exaltación de la carne se dejó para el posterior periodo del carnaval que precedía al arrepentimiento colectivo de la Pascua. Y ahí seguimos, porque los poderes religiosos y políticos (que suelen ir de acuerdo) escogen cuidadosamente un calendario para administrar, a su conveniencia, los tiempos del trabajo y de la holganza colectiva. Pese a todo, algún recuerdo de aquellas saturnales debió de quedar en la memoria genética de los descendientes de la civilización romana porque llegada la mitad de diciembre se desata la euforia entre la población y a todo quisque le entran unas ganas enormes de comer, beber, y de lo que surja, que poco, o nada, tienen que ver con el sentido religioso de lo que se celebra. Los banquetes se suceden, los comercios son tomados al asalto y la gente se saluda o se hace regalos con una euforia desatada. Y ni siquiera el frío contiene la animación. El pasado día 17 me fui hasta Ourense con un hermano, que tenía allí una cita profesional, y el termómetro marcaba cuatro grados bajo cero a primera hora de la mañana. Del río Miño, que parecía el Moscova, ascendía una niebla helada, y en las calles habían volcado abundancia de sal para evitar los resbalones. La gente circulaba embutida en abrigos, bufandas y sombreros, y hasta los que llevaban guantes se frotaban las manos con la energía propia de quien acaba de hacer un buen negocio. Yo tuve que comprar, en La Lucha, una gorra porque ya se me estaban congelando hasta las ganas de tomar café. Afortunadamente, Ourense es una ciudad de gustos y maneras romanas (moda, carreras de cuadrigas, vinos, termas, buenos juristas y espléndidos literatos) y tiene con que defenderse. Después de comer en el San Miguel, un clásico, nos fuimos a las termas públicas al aire libre junto a la ribera del río. Caía la tarde, pero aún estaba allí un selecto grupo de ninfas y senadores solazándose en el agua caliente, entre vahos de vapor. Nos quitamos rápidamente la ropa y nos unimos al grupo. Una delicia. Uno de los senadores nos informó detalladamente sobre las ventajas salutíferas del baño, incluida, por su puesto, la gratuidad. Ourense hubiera podido vivir espléndidamente de sus aguas termales si se hubiera planificado con sentido común esa riqueza. Ya casi era de noche cuando nos fuimos bien tonificados en cuerpo y alma. !Felices saturnales a todos!

Anónimo dijo...

Xa lle botei un ollo ao libro de Xavier Castro e ten unha pinta estupenda e moi prometedora. Excelentemente editado, ademais.

Anónimo dijo...

Eu lembro á Xavier Castro explicándome o "Guernica" de Picasso no "Casón del Buen Retiro" (era así?) de Madrid, recén chegado o cadro a España, protexido por gardas e cristáis antibalas. Debía ser o 83 ou o 84 .Tamén no "Reina Sofía" quedéi asombrado có que sabía aquel home...

Anónimo dijo...

Vaia, xohan da coba, fixo vostede historia e pasou despois ó galego como Marcos, e Monxergas.
Lembre que estou eiquí en plan detectivesco para averiguar a súa identidade. De todolos xeitos a súa invitación para que me quede á leria prestoume moito. Fora vai moito frío e estes "fiadeiros" coronanme.