Tierras de penumbra /
Una pena en observación (C.S. Lewis)
Un amigo mándame esta ligazón dunha interesante revista dixital, da Universidade de Salamanca, con este número sobre Medicina e Cine.
Entre outras cousas, hai un artigo sobre esta película e este libro, dúas pezas de culto no meu canon persoal. Velaí uns anaquiños da obra de C. S. Lewis.
La muerte es un tajo en seco al amor...el duelo forma parte integral y universal de la experiencia del amor... No deseamos realmente que la pena se prolongue en su primer estadio de agonía... Lo que pasa es que confundimos el síntoma con la cosa misma. La aflicción no es el truncamiento del amor conyugal sino una de sus fases regulares, como lo es la luna de miel...Hay que aceptar el dolor como algo inherente a esta fase...Pero si nos aclaramos con nosotros mismos, no vamos a estar buscando el dolor por el dolor. Cuanto menos mejor...mejor por cualquier parte que se mire. Porque he descubierto una cosa, el dolor enconado no nos une con los muertos, nos separa de ello.
Sea como sea, mi programa lo tengo bien claro. Volver a ella con alegría las más veces que pueda. Hasta saludarla con una sonrisa. Cuando menos la lloro, más cerca me parece sentirla.
Un programa admirable. Solo que, desgraciadamente, no se puede cumplir. Esta noche se me ha vuelto a abrir todo el infierno de la herida reciente: las palabras insensatas, el amargo resentimiento, el mariposeo en el estómago, la irrealidad de pesadilla, el baño de lágrimas. Porque en la pena nada se asienta.
Está uno saliendo de una fase, pero siempre se repite. Vueltas y revueltas... Dicen que los cobardes mueren muchas veces, eso les pasa a los seres amados.
Creí que podría describir una “comarca”, elaborar un mapa de la tristeza. Pero la tristeza no se ha revelado como una comarca sino como un proceso. No es un mapa lo que requiere, es una historia, y si no dejo de escribir esta historia en un momento determinado, por capricho que sea, no habría razón para que dejara de escribir nunca.
La pena es como un valle dilatado y sinuoso, que a cada curva puede revelar un paisaje totalmente nuevo… ¿Te diste cuenta en algún momento amor mío, de lo mucho que te llevaste contigo al morir? Me despojaste hasta de mi pasado, hasta de las cosas que nunca compartimos.
Sea como sea, mi programa lo tengo bien claro. Volver a ella con alegría las más veces que pueda. Hasta saludarla con una sonrisa. Cuando menos la lloro, más cerca me parece sentirla.
Un programa admirable. Solo que, desgraciadamente, no se puede cumplir. Esta noche se me ha vuelto a abrir todo el infierno de la herida reciente: las palabras insensatas, el amargo resentimiento, el mariposeo en el estómago, la irrealidad de pesadilla, el baño de lágrimas. Porque en la pena nada se asienta.
Está uno saliendo de una fase, pero siempre se repite. Vueltas y revueltas... Dicen que los cobardes mueren muchas veces, eso les pasa a los seres amados.
Creí que podría describir una “comarca”, elaborar un mapa de la tristeza. Pero la tristeza no se ha revelado como una comarca sino como un proceso. No es un mapa lo que requiere, es una historia, y si no dejo de escribir esta historia en un momento determinado, por capricho que sea, no habría razón para que dejara de escribir nunca.
La pena es como un valle dilatado y sinuoso, que a cada curva puede revelar un paisaje totalmente nuevo… ¿Te diste cuenta en algún momento amor mío, de lo mucho que te llevaste contigo al morir? Me despojaste hasta de mi pasado, hasta de las cosas que nunca compartimos.