PROBLEMAS DE EUROPA (Sami Nair, Faro de Vigo, 21.1.08)
(Post n.1505, un número bonito. A imaxe corresponde á Magdalena, de Jules Lefebvre, que case semella unha Europa que non acaba de espertar)
Podría evocar muchos temas para demostrar la decepción, la increíble decepción de los que soñaban en una Europa fuerte y que, en lugar de esa Europa, se encuentran hoy en día ante un enano político que obedece a un mercado liberal despiadado. La cuestión central es la de la legitimidad de todo el proceso. Pues está claro que el proceso de construcción, desde el Acta Única de 1986, o sea, a partir del mercado único, hasta el programa de Lisboa y la adopción de la Constitución y su rechazo, todo, digo, demuestra que existe, en cuanto a los pueblos europeos, un problema de legitimidad del modelo de construcción de Europa. ¿La prueba? Las elites políticas, tanto en Francia como en Alemania, no quieren organizar un nuevo referendo para saber si los pueblos aceptan o no ese Tratado institucional. Se esconden prudentemente detrás de sus Parlamentos. Temen al juicio de los pueblos. Violan la soberanía popular.¿Pero por qué los pueblos son inquietos y las elites dirigentes tan vergonzosas a la hora de decidir sobre el porvenir de Europa? Porque de hecho esta construcción tiene una sola dirección: la de la privatización generalizada del vínculo social en un mercado liberal desencadenado. Dicho de otro modo: los pueblos se dan cuenta de que el viejo sistema de servicios públicos, de solidaridad, en todos los campos (salud, alojamiento, jubilaciones, educación, seguro social), está desapareciendo bajo el avance ineluctable de la privatización llevada a cabo por la Comisión europea en nombre de las leyes de competencia. La dinámica de esta estrategia es imponer a la sociedad europea un modelo social comparable al modelo norteamericano, individualista, sin cobertura social ni lógica de solidaridad. Y todo eso para poder "competir con armas iguales" en la "competición mundial".