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EDWARD MALEFAKIS Historiador: "Era imposible que triunfara la revolución en España"
Moi interesante a entrevista que onte publicaba El País con Edward Malefakis, realizada por José Andrés Rojo. Por se alguén aínda non a leu destaca da mesa dous titulares e dúas reflexións:
"Azaña tenía que haber condenado con fuerza el asesinato de Calvo Sotelo. Franco todavía no había decidido incorporarse a la rebelión"
"Es increíble que Largo Caballero siguiera defendiendo la revolución después del fracaso de octubre. Fue una irresponsabilidad"
(Sobre o labor do historiador e o revisionismo)
"Creo que un historiador debe ser crítico, y más aún con aquellos sectores y personalidades por los que espontáneamente siente simpatía".
"Quiero dejar muy claro que respeto el trabajo de los revisionistas, tienen todo el derecho a dar su versión y además son un acicate para volver a estudiar ese periodo y actualizar nuestros conocimientos. Lo que critico es que no analizan lo que pasó, los hechos, sino que hacen conjeturas sobre lo que podría haber pasado, se limitan a hacer interpretaciones. Cuentan las cosas como si el comunismo hubiera podido imponerse. Pero, dígame, ¿conoce muchos casos en los que la revolución haya sido el resultado de un régimen progresista? Cuatro o cinco, tal vez. ¿No ha ocurrido, más bien, que triunfó en sociedades con regímenes autoritarios?".
(Sobre a revolución de outubro de 1934 e a revolución imposible)
Aquella revolución se proyectó en 25 o 30 lugares y sólo se produjo en uno de ellos, Asturias. Fue sofocada de inmediato por el Ejército en una acción digamos que de rutina, sin grandes despliegues ni excesivas bajas (unos 1.100 muertos). Es la mayor prueba de que era imposible que triunfara la revolución en España. Para que pueda imponerse un cambio tan radical, la descomposición del Estado tiene que ser muy profunda. Es lo que ocurrió en la Rusia de 1917. Salía de una guerra atroz de tres años con millones de bajas y sufría el colapso de sus fuerzas militares y policiales, y también civiles. Los bolcheviques eran, además, una fuerza decidida con un programa claro. Nada de eso pasaba en España.
(Imaxe: cartel de Peré Catalá i Pic, 1937).