16 feb 2008

Obeso memorioso, de Javier Cuervo (Faro de Vigo, 16 febr.)

Un canadiense obeso mórbido se ha vuelto memorioso vívido. Estaba a tratamiento con electrodos para reducirle el apetito y en algún chisporroteo por el hipotálamo empezaron a "agolpársele los recuerdos". Acaban de engordarle la memoria, que tiene una dieta de entradas y salidas, recuerdos y olvidos, útil para vivir. Los científicos están ilusionados con el descubrimiento (hasta ahora no tenían especialmente relacionada la memoria con el hipotálamo) y por otro efecto secundario del bombardeo destinado a minar el apetito del paciente obeso: el canadiense aumentó su capacidad de aprendizaje. De demostrarse en más casos repitiendo las condiciones, el descubrimiento puede tener aplicaciones generales pero el relato periodístico ha despreciado al paciente. ¿Está contento con sus recuerdos minuciosos recuperados? ¿Quiere utilizar sus nuevas capacidades de aprendizaje conseguidas por un sistema que recuerda al de los superhéroes? Solemos considerar que es mejor tener buena memoria y capacidad de aprender que ser gordo pero acaso ahora este hombre se acuerde más de la comida y comprenda mejor por qué no debe proseguir su ingesta excesiva, lo que agudizaría su dilema.Solemos quejarnos de la mala memoria o de su arbitrariedad, que hace recordar tonterías y no fijar conocimientos útiles. No podemos saber cuánto lamentaríamos ser un memorioso incapaz de limpiar las vivencias inútiles. Ese "agolparse los recuerdos", ese alud de pasado, parece más angustioso que ventajoso. Ni vivencias ni recuerdos se pueden escoger pero acaso tengamos que estar más agradecidos a los olvidos involuntarios que a la memoria exhaustiva.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Agora habería que ver se esas lembranzas son "reáis", esto é, se se corresponden con feitos acontecidos realmente.Cos electrodos nunca se sabe...
Creo que foi Bertrand Rusell quen dixo que, posiblemente o mundo creóuse fai un segundo, lembranzas incluídas.